MORBILIDAD MATERNA EXTREMA





 

La morbilidad materna extrema (MME) es un estado en el que una mujer casi muere, pero sobrevive a una complicación grave ocurrida durante el embarazo, el parto o dentro de los 42 días posteriores a la terminación de la gestación. La Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (FLASOG) la define como "una complicación grave que ocurre durante el embarazo, parto y puerperio, que pone en riesgo la vida de la mujer o requiere una atención inmediata con el fin de evitar la muerte".

Causas principales
Las principales causas de morbilidad materna extrema incluyen:

1. Eclampsia: Presencia de convulsiones generalizadas o estado de coma en el contexto de la preeclampsia.

2. Preeclampsia severa: Una complicación hipertensiva del embarazo.

3. Hemorragia obstétrica severa: Sangrado excesivo durante o después del parto.

4. Sepsis o infección sistémica severa: Infección grave que afecta todo el cuerpo.

5. Falla orgánica: Puede incluir falla cardíaca, hepática, respiratoria o renal.
La MME es una herramienta importante para evaluar la calidad de los servicios de salud materna, ya que una atención oportuna y de calidad puede prevenir un desenlace fatal en mujeres con complicaciones obstétricas severas.

¿Cómo se puede prevenir la morbilidad materna extrema?
La prevención de la morbilidad materna extrema requiere un enfoque integral que abarca varias estrategias:

1. Atención prenatal adecuada: Es crucial asistir a controles obstétricos mensuales para monitorear el progreso del embarazo y detectar posibles complicaciones tempranamente.

2. Educación y concientización: Informar a las mujeres sobre los signos y síntomas de complicaciones potencialmente graves durante el embarazo y el puerperio.

3. Acceso a servicios de salud de calidad: Garantizar que las mujeres tengan acceso a atención especializada durante el embarazo, parto y posparto.

4. Prevención de embarazos no deseados: Proporcionar acceso a métodos anticonceptivos y servicios de planificación familiar, especialmente para adolescentes.

5. Atención especializada durante el parto: Asegurar que todos los partos sean atendidos por profesionales de salud capacitados.

6. Manejo adecuado de complicaciones:
- Administrar oxitocina inmediatamente después del parto para reducir el riesgo de hemorragia.
- Utilizar sulfato de magnesio en pacientes con preeclampsia para prevenir la eclampsia.
- Mantener una buena higiene y reconocer tempranamente los signos de infección.

7. Seguimiento posparto: Realizar controles de seguimiento al mes, seis meses y un año después del parto, especialmente en casos de alto riesgo.

8. Atención preconcepcional: Para mujeres con factores de riesgo, es importante recibir asesoramiento antes de quedar embarazadas.

9. Implementación de protocolos: Establecer y seguir protocolos de manejo basados en evidencia para las complicaciones obstétricas.

10. Mejora continua de los servicios de salud: Crear comités de revisión para examinar las causas de muerte materna y mejorar la calidad de la atención.