LEISHMANIASIS
La leishmaniasis es una enfermedad infecciosa causada por un parásito del género Leishmania, que se transmite principalmente a través de la picadura de mosquitos infectados, conocidos como flebótomos o "mosquitos de la leishmaniasis". Hay diferentes formas de leishmaniasis, las más comunes son:
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Leishmaniasis cutánea: Provoca lesiones en la piel, que suelen ser úlceras que pueden dejar cicatrices.
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Leishmaniasis visceral (también conocida como kala-azar): Afecta los órganos internos, como el bazo, el hígado y la médula ósea. Es más grave y, sin tratamiento, puede ser fatal.
Prevención de la leishmaniasis:
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Protección contra las picaduras de mosquitos:
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Usar repelente de insectos en la piel y la ropa. Los repelentes que contienen DEET, picaridina o IR3535 son efectivos.
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Ropa protectora: Usar camisas de manga larga, pantalones largos y calcetines, especialmente al anochecer y al amanecer, que son las horas en las que los mosquitos son más activos.
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Mosquiteros: Dormir bajo mosquiteros tratados con insecticida si se encuentra en áreas de riesgo.
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Evitar áreas con alta densidad de mosquitos: Los flebótomos suelen habitar en zonas con vegetación densa y áreas oscuras. Reducir la exposición a estos lugares puede disminuir el riesgo.
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Control de la población de mosquitos:
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Implementar medidas de control en las comunidades, como el uso de insecticidas y la eliminación de criaderos de mosquitos (lugares donde se acumula agua estancada).
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Cuidado con los perros: Los perros pueden ser reservorios del parásito y transmitirlo a los mosquitos. En algunas áreas, se recomienda vacunar a los perros contra la leishmaniasis y mantenerlos en lugares protegidos.
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Tratamiento temprano: Si te encuentras en una zona de riesgo y presentas síntomas (lesiones en la piel o fiebre), es importante buscar atención médica lo antes posible. El diagnóstico temprano facilita el tratamiento y la recuperación.